María al Revés se subió por primera vez a un escenario en su instituto, el Viera Clavijo, para cantar su primera letra de rap. De eso hace más de diez año y tras paso por Segovia, donde se interesó por otros ritmos, volvió a Tenerife para desarrollar su pasión por la escritura. PALIKES.net comparte su proceso de creación, desde la composición hasta el directo, pasando por el estudio de grabación.

«Escribo sobre lo que me pasa y eso da algo de pudor»

«De pequeño estaba siempre escuchando rap y por ello soy responsable con la letra, con lo que escribo. Siempre escribo sobre mí y sobre cosas que me pasan. Situaciones por las que paso, sentimientos, emociones, recuerdos. Cuando uno hace eso, una vez que la gente escucha la canción siento algo de vergüenza, pudor. Creo que es normal y pasa cuando enseñas al resto una parte de ti a través de la música», declara María al Revés. Me empezaron a llamar la atención otros ‘palos’ diferentes al rap. Estudié en Segovia y en ese periodo me compré una guitarra, era la única manera de poder escribir canciones. Aprendí a tocarla con mi compañero de piso que sabía y a través de vídeos de Youtube.

Sobre el proceso de escritura, María al Revés lo describe como un momento en el que «va fluyendo. Antes lo hacía con papel y boli, ahora a veces, pero lo normal es en ordenador. Me ayuda a destacar partes de la letra, hacer notaciones sobre la misma y si algo pasa cuando estoy en la calle siempre está el móvil para apuntar la idea y luego desarrollarla. Un lugar donde he escrito canciones es en el barco que va desde Tenerife a Huelva ya que cuando estudiaba en la península me llevaba la furgoneta», apunta el cantante. Al mismo tiempo, explica que «en ocasiones no se las muestro a nadie y en otras sí lo hago a gente cercana. Ayuda tener feedback de otras personas y aunque soy fiel a mi mismo en ocasiones me he dejado llevar por matices que me aportan las opiniones de otros. Pienso que en lo que hago el cincuenta por ciento es la letra y el otro cincuenta el resto».

Grabar en el estudio

No es lo que más le gusta a María al Revés. «En el estudio, si tienes que pagarlo trabajas por horas y se crea una ansiedad que no ayuda. Es cierto que lo positivo es que te reúnes con los músicos y empiezas a ver como va sonando todo. Los sonidos los tengo en la cabeza, se los traslado al resto y va saliendo todo pero a veces con unas prisas que no ayudan. Cuando el estudio es de algún conocido que te da más flexibilidad la cosa cambia. La presión es alta porque tiene que quedar perfecto», comenta el artista.

La adrenalina del directo

«Desde la primera vez de un concierto hasta ahora he ido controlando los nervios pero es una situación que siempre tiene que existir. Si no ocurre yo creo que es que ya estarás quemado de lo que haces. Ya en la línea de lo que ahora hago hice un directo en Segovia, con letras escritas por mí pensando en rap que interpreté en un acústico. Una vez llegué a Tenerife me escuchó un amigo y me conectó con un bar y me dieron la oportunidad. Tiré las canciones y empecé a perder el miedo», explica María al Revés.