La pasión por la música le viene a Salvita Cane de casa. Ritmos africanos, sus padres son de Guinea Ecuatoria, sonaban en su piso de la Verdellada a principio de los años noventa. Ahora, desde Madrid, se suma cada vez a más salas para dejar su sello. Es residente en en ‘CatsHostal’, Sol y se pone ante los platos en durante el mes en ‘Cafe La Palma’ en Malasaña; ‘Las Doré Bar’, ‘Madre Flaca’, ‘Café de Ratas’ y ‘Bar Mapenda’ en Lavapies, y ‘La Maripepa’, en Barrio de las Letras. «Estaba creciendo como dj en la isla y venir a la capital es una oportunidad para seguir creciendo, conocer gente e intercambiar intereses por la música. No fue sencillo al principio. Toqué puertas y la respuesta fue no, pero había que insistir. Ahora tengo oportunidades en varios locales y el feedback de los propietarios y clientes es bueno, siempre repito», afirma el tinerfeño en una entrevista para PALIKES.net.

Salvita Cane, un valiente desde el principio

«En mi casa había mucha música. Por un lado mi hermana me introdujo en el mundo de la salsa, el merengue, el electro-merengue, sonidos latinos. Al mismo tiempo por otro lado mi hermano me inculcó reggae, old school y lo que es mi pasión es el rap y la música negra», declara Salvita Cane, un artista responsable con lo que hace. «En mis sesiones siempre busco innovar, ser valiente. Combinar instrumentales de un artista y las voces de otro para juntarlas. Pronto descubrí que le gustaba al público y he seguido ese camino. En mi cabeza siempre está el hacer cosas nuevas, un referente para mi en este sentido es DJ Beat Creator. Mi pasión es cierto que no es escuchar todo lo nuevo de reguetón que sale, por ejemplo lo último de Bad Bunny pero lo hago porque siempre intento estar al tanto de lo último y a partir de ahí me gusta poner mi sello. Cojo loops y los llevo a otros temas y que la gente que está escuchando vea que detrás de lo que hago hay un trabajo», afirma.

Salvita Cane luce con sudadera de la tienda Dicky Morgan | @dickymorgan

La gente, con el paso del tiempo ya sabe que escuchar lo que hace este deejay canario es sinónimo de sentir una experiencia fresca y la llave para si lo quiere hablar largo y tendido de música. «Me gusta mucho jugar con canciones antiguas de las que las nuevas han cogido samples y juntar los dos temas, es una forma de viajar en el tiempo a partir de la música. Esa fórmula en Madrid funciona por lo que he visto mucho mejor que en Tenerife».

Los inicios, mixtapes entre colegas

«Siempre he tenido una gran inquietud por el scratch para vincular canciones, pero para conseguirlo hace falta mucho dinero. Empecé con el ordenador, luego me pude comprar una controladora. Comencé a hacer mixtapes como si fuera un rapero y las pasaba. Así la gente empezó a conocerme como deejay, ya no solo me vinculaban con la música negra sino también con otros estilos como por ejemplo el House Classic y me dieron la oportunidad en diferentes raves y algo que me ayudó mucho fue la tienda de ropa Dicky Morgan. Consiguieron crear una experiencia en la que se compraba pero también se escuchaba música y fue muy enriquecedor para todos», explica Salvita Cane.

¿Cómo actuar para diferente público, en diferentes contextos? «Siempre he tenido una mentalidad abierta, creo que es fundamental para mejorar en lo que hago. Si me llamaban de una discoteca de reguetón, es un género que no me apasiona pero me adaptaba. Siempre hay funky y soul que puede pegar con lo que está sonando en ese momento. Por otro lado, al mismo tiempo, en bares y tiendas me han dado total libertad porque buscan lo que yo hago. Algunos propietarios y propietarias dan menos libertad pero siempre lo encajo bien», comenta el artista canario.

«Durante la pandemia por Covid me di a conocer más»

Las redes sociales, fundamentales. «La música mejora todo y durante la pandemia por Covid muchos artistas subieron mucho material a internet a través de las redes sociales y yo fui uno de ellos. Yo siempre tengo presente la frase de Quincy Jones, «no se puede vivir sin música y sin agua’. 

La escena musical en Madrid

«No me gusta la frase de que Tenerife se queda pequeño, pero está claro que el circuito que hay en Madrid es espectacular. La oferta alrededor de la música va de lunes a domingo y he encontrado una mentalidad muy abierta en los propietarios y propietarias de los locales. Si te presentas y les da tu trabajo, todos se lo escuchan y te responde con un sí o un no, pero tienen interés por lo que se le da en mano», explica el deejay, que disfruta de conocer a personas de otros países y diferentes tendencias musicales. La capital es el punto de inicio para deejays, cantantes, filmakers y productores y es algo que se respira a pocas horas.

«Aquí he visto que hay muchos eventos, me quité el miedo de ver que siempre pinchaban los mismo porque no es así, y en este año y medio he ido de menos a más. En esta vida va a haber más fracasos que victorias en cualquier ámbito. En Tenerife tenía cinco locales y cuando llegué aquí claro que piensas que a lo mejor me equivoqué pero tuve que seguir tocando puertas. La reacción de la gente a lo que hago es muy buena, a veces no tienes que llenar un estadio para sentirte afortunado y lleno de cariño y eso lo siento cuando se acercan para preguntarme por temas que pongo, veo la curiosidad y eso es una motivación», concluye Salvita Cane, que prepara su sesión para Alicante.